Castle Rock. T1.
Me esperaba un thriller de terror, sin embargo, me he encontrado con un Counterpart con la esencia de Stephen King. Os pongo en antecedentes, Counterpart es una serie de espionaje entre dos mundos idénticos. Algo así sucede con esta adaptación de los relatos de Stephen King. Hay dos mundos, aunque yo creo que por lo menos, son tres diferentes, pero idénticos.
La serie comienza en Castle Rock, un pueblo de Estados Unidos, un pueblo, que según vamos avanzando en la historia y en los capítulos vemos que es un personaje más. En este pueblo, hay una prisión y tras el inminente suicidio del alcaide, encuentran a un preso encerrado en una especie de cápsula temporal. Eso transciende a la luz gracias a un guardia de seguridad que decide contactar con un prestigioso abogado especializado en crímenes y en el corredor de la muerte. Hasta ahí todo correcto. Pero como sabemos que J.J. Abrams y Stephen King no pueden ser tan simplones. La trama cambia completamente. Henry Deaver (André Holland), el abogado, comienza a representar a su cliente desconocido. Es en ese momento en el que las cosas empiezan a salirse de lo normal. Los crímenes se suceden, los misterios comienzan a agolparse.
Decir, que, Henry, es un chico natal de ese pueblecito; que a los diez años más o menos, desapareció en la nieve durante once días. Él, vuelve al pueblo unos treinta años después. Es este regreso, el que nos muestra los grandes cambios de su vida. Su madre, sufre alzheimer, y está viviendo con el exjefe de policía. El mismo que le rescató en el bosque en pleno invierno.
Henry, consigue sacar al preso que estaba enjaulado por el alcaide, y es entonces, cuando en Castle Rock, comienzan a sucederse una serie de asesinatos, crímenes y demás elementos extraños. En esa trama, se nos plantea la posibilidad de que el chico que había estado encerrado durante más o menos treinta años, sea el mismísimo diablo, que está haciendo que todo el mundo cometa delitos, particularmente, asesinatos.
No obstante, según los capítulos van avanzando, especialmente en los tres últimos, nos enteramos de que el preso, también es Henry Deaver (Bill Skarsgård). Esto es, uno pertenece a una realidad diferente a la que se encuentra. Este Henry 2 (vamos a llamarle así), se ha colado en la realidad de Henry 1 por un extraño cruce surgido en el bosque. Esto claramente, es una idea similar a la que se nos presenta en Counterpart, por eso, al principio, hablaba de esa otra serie.
Ya en el final, vemos que Henry 2 quiere volver a su mundo, pero que Henry 1 se niega a ello, porque siempre que alguien va al bosque, otra persona acaba muriendo. Es por eso, que más o menos, todo vuelve al sitio en el que comenzó la serie, Henry 1 sigue siendo abogado, y Henry 2 vuelve a estar enjaulado en esa especie de cápsula temporal. Sin embargo, en la escena final, vemos que todo puede ser una novela escrita por una vecina de Castle Rock.
Ese final, me deja bastante insatisfecho, ya que en cierto modo, esperaba alguna explicación más, pero sí me parece coherente, ya que todo va bien hilado a ese punto. Decir, que la serie me ha resultado de lo mejor de 2018, sí, así lo digo, con tres episodios finales espectaculares. No solo por la trama en sí, sino también por la forma de colocar todos los hechos mostrados en los anteriores episodios. La temporada es muy cortita, solo diez capítulos, producidos por Hulu, cosa que ya nos denota algo de calidad, y que esperemos a ver cómo se desarrolla la siguiente temporada.
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