House of Cards: ¿Todo esto para qué?
House Of Cards era una de mis series favoritas,
de hecho, sus tres primeras temporadas fueron brillantes. De lo mejor que había
visto en ese estilo, sin embargo, Netflix decidió extenderla hasta su agonía.
En parte, se entiende que eso sucediese; una gran serie, con un reparto
espectacular, con una historia sólida y contundente, donde se bajaba hasta el
averno de la política estadounidense y se nos mostraba la forma que tenían de
hacer sus chanchullos.
El problema, se sobrevino con una duración
imposible. Las tramas empezaron a ser confusas; no paraban de sacar y meter
personajes, algunos ni sabíamos cómo habían llegado hasta ahí. Tampoco
comprendíamos a dónde nos iban llevando los hilos de Frank (Kevin Spacey) y
Claire (Robin Wright) Underwood.
Al principio, todo tenía sentido. Un congresista
Demócrata, Frank Underwood, usa sus artimañas para colocarse primero como vicepresidente
y, después, mediante chantajes, consiguió que el presidente Walker dimitiese
para él hacerse con el control. Eso es lo que vimos en las primeras dos
temporadas. Todo con la ayuda de un una periodista llamada Zoe Barnes (Kate Mara),
ella necesitaba información y Frank se la sirvió en bandeja de plata. Después,
en la tercera, vimos como Frank y Claire se enfrentan a una gran amenaza
terrorista.
Una vez llegados a este punto, las tres
siguientes temporadas, nos van mostrando poco más que las consecuencias de esos
hechos. La historia avanza siempre hacía el mismo lado. Todos los enemigos de
Frank y Claire se van uniendo para intentar derrocarlos; también vuelve el
fantasma de Zoe, pero en forma de presión por parte de los compañeros del
periódico de Barnes. Esa investigación policial termina acorralando a Frank y a
todos los implicados en la muerte de Zoe. Al mismo tiempo, se convocan
elecciones a la presidencia, donde Frank, usa la manipulación y los engaños
para bloquear el sistema y así sacar algo de ventaja contra su rival más
inmediato. Así van transcurriendo las temporadas cuatro y cinco. La sexta, iba
a ser diferente, o así lo creía. Tras la marcha forzada de Kevin Spacey por
todas las denuncias de acoso que había recibido, Netflix decidió cancelar la
serie, no obstante, en el último momento decidieron salvarla de la cancelación,
dándole a Robin todo el protagonismo.
El protagonismo lo tenía, la historia no podía ir
a peor, pero debían darle un final coherente y cerrado. Ninguna de esas cosas
se consiguió en esta sexta y última temporada. Claire sigue luchando contra los
fantasmas creados por Frank dentro de la casa blanca. El problema está, en que
la historia no se sostiene por ningún lado, y menos, si de golpe y porrazo,
Claire se queda embarazada de alguien que no sabemos quién es. Esto pasa entre
el capítulo seis y el siete, ya una vez llegados al último capítulo (la
temporada sexta es más corta que el resto); Doug (Michel Kelly), el que había
sido siempre la mano derecha del presidente y congresista Underwood, intenta
apuñalar a Claire, pero no lo consigue, ella, en cambio, sí lo hace. Y mientras
Doug se desangra en el despacho oval, Claire mira a cámara y todo se funde a
negro.
Así termina una de las series más decepcionantes
que he visto. De tres temporadas superlativas a una historia insulsa y sin
control. Donde los elementos se van sucediendo sin ningún criterio. Tampoco nos
muestran cómo muere Frank, es decir, no sabemos si lo matan o muere por causa
accidental. De hecho, se habla de ambas cosas durante la temporada. Tampoco
sabemos qué es lo que termina sucediendo con el bebé de Claire, ni cómo se
concibe ni si llega a nacer, ya que siempre ha sobrevolado la sombra de los
cuantiosos abortos de la Primera Dama y, posteriormente, de la presidenta.
Tampoco nos resuelven el futuro o proceso electoral futuro de la presidencia,
entiendo aquí, que esto no lo explican porque hay elecciones de forma
democrática. En definitiva, quién no la haya visto, que no pierda el tiempo con
ella, y si lo hace, que solo sea hasta la tercera temporada. A partir de ahí,
nada tiene sentido. Una pena.
Comentarios
Publicar un comentario