Las Chicas del Cable. T1 y T2.

La trama es sencilla, empieza como "Marnie, la ladrona"; y gira para convertirse en una novela clásica. Es fácil y amable de ver; no te hace falta haber visto mucha serie, ni mucha película; para entender la trama y las motivaciones principales de los personajes. Uno o varios robos; engaños; romances; espionajes y conspiraciones dentro de una familia muy poderosa. Ese es el arco principal de toda la serie. Después, los personajes van evolucionando en una dirección u otra, con sus claroscuros y sus matices; todos muy necesarios.
No obstante, tiene algún momento absurdo, que chirrían dentro de la propia trama de la serie; como el intercambio de objetos sin que nadie se dé cuenta de nada en plena vía pública; o que la protagonista, nuestra querida Lidia Aguilar/Alba Romero; vaya dando su nombre a todo el mundo; y eso que se supone que quiere pasar desapercibida. Otro punto en el que patina la serie; es que varios personajes están sobrecargados dentro de su propia línea argumental; se vuelven bastante pesados; por lo que deberían de aligerar la trama en determinados capítulos.

En resumen, una serie entretenida, amable, pero que no da pie a muchas sorpresas por parte del espectador, cosa que también se agradece de vez en cuando. Algo densa por momentos, pero muy bien llevada de un lado a otro, incluyendo las diferentes cuotas de tiempo en pantalla, los flash backs y las brillantes interpretaciones. También es muy destacable el mensaje feminista de la serie, y cómo lo consiguen llevar dentro de los cauces exigidos por la época en la que se narra la historia. Una de esas series amables que en ocasiones tanto hacen falta.
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