Homeland murió con la resurrección de Peter Quinn.


Falta una temporada para que termine la serie, pero a mí me faltan dos y media. No soy capaz de avanzar en la sexta temporada. Todo lo que me están contando me da absolutamente igual. Carrie y Saúl siguen con sus cosas, pero Peter ya no es Peter. Una decisión arriesgada por los guionistas en la quinta temporada, acabó con él y, así, Homeland, cavó su propia tumba.

Sin entrar en muchos detalles, los guiones ya no tienen sentido sin la relación tan particular que tenían Carrie y Peter. La tensión tanto sexual como amorosa que había entre los dos, se va al traste con los sucesos finales de la quinta temporada. Es cierto que no es la primera vez que arriesgan el todo por el todo los guionistas, de hecho, con la muerte de Brody, todo parecía que se iba a ir al traste, pero las dos siguientes temporadas, la cuatro y la cinco, funcionan muy bien. La sexta, en cambio, no lo hace.

Resultado de imagen de homelandA Peter le han convertido en poco más que un espantajo que aburre. Es cierto que es un giro de guion más en el dramatismo de la serie, pero no creo que lo necesitase. Siempre que aparece en pantalla, quieres que termine su escena para que aparezcan Carrie o Saúl. Y ese es un grave problema. Peter ya no suma, ahora, solo resta. Y resta tanto, que el espectador, se cansa de ver siempre lo mismo. Una lucha para volver a ser lo que era, pero ya sabes que nunca logrará serlo de nuevo.

Sin él (el Peter de antes de la temporada cinco), la trama de Carrie se resiente mucho y también lo hace la de Saúl. La única que más o menos lo resiste todo de forma impasible es la de Dar Adal. Pero no es suficiente. No es suficiente para una serie que era coral y magnífica y que, de algún modo, se ha visto abocada a la mayor de las indiferencias. Una amiga me avisó de que esto iba a pasar; aunque decidí no creerla. Dudo que algún día termine de verla. Una pena.

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