Sex Education T1: Una irreverente comedia sexual.
Sex Education es una de esa series maravillosas que andan perdidas en el enorme catálogo de Netflix. Durante un tiempo se habló mucho de ella, pero luego cayó en el ostracismo. Es una serie de adolescentes seria. El humor, es cierto que puede parecer muy basto, pero es fantástica. Sale Gillian Anderson. Con eso lo digo todo.
Hilan muy fino en todo lo que narran y me gusta. Hay personajes mejores y peores, pero el binomio de Maeve y Otis es soberbio. La tensión romántica entre los dos personajes es el motor principal de toda la serie. Tener unos personajes rotos y destrozados a tan temprana edad (sí aparentan ser estudiantes, no como en The Politician, que son todos más viejos que el hilo negro) es impresionante. El dolor y la rabia que sienten al no poder hacer frente a sus problemas es un plus añadido. Es cierto que en el momento en el que la presencia de Gillian desciende, la historia pierde algo de profundidad y se pierde por los derroteros más típicos de las series de adolescentes, pero a mí me da igual. No me importa que los más jóvenes ganen peso en la narrativa si el guion es bueno. Y creedme, lo es. Es una mezcla entre el drama y la comedia británica ágil y fresca que se devora en poco tiempo. Lo mejor es que está todo muy bien compensado entre los dos géneros.
Sólo hay una pega. Se hace corta. Muy corta. Por eso lo merece todo. Sólo espero que no la estiren tanto que se desvitalicen a los personajes, para terminar, convertida en algo del montón. En algo que nadie llegará a recordar más allá de los que la vimos en su momento. Rezo porque eso no pase.
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