El hombre en el castillo T3: Una TARDIS para solventar los problemas.

Atrás quedaron los tiempos en los que “El hombre en el castillo (The Man in the high Castle)” era un drama sobre la revolución en los Estados Unidos dominados por el nazismo. Ahora, sigue siendo un drama, sigue habiendo nazis (y japoneses), sigue habiendo una revolución, pero la ciencia ficción y, los viajes entre dimensiones paralelas son un hecho.

Resultado de imagen de el hombre en el castillo temporada 3Para desenredar todo el lío montado con Juliana y las cintas, han decidido inventarse mundos paralelos y viajes entre dimensiones. Mirad, yo qué sé. No soy el guionista, tampoco se me hubiese ocurrido lo de los viajes entre dimensiones, ni siquiera lo de las llamadas por Skype. Sí, hay llamadas por un Skype nazi entre los altos mandos de Estados Unidos y Alemania. 

A falta de una temporada para que termine de verla (lleva estrenada unos meses), la serie original de Amazon y, basada en el libro de Phillip K. Dick, ha empezado a sufrir el “Síndrome Perdidos”, de golpe y porrazo, como han embarullado todas las narrativas, han decidido solventarlas por la tangente e inventarse su TARDIS particular. En la isla, era una máquina del tiempo que saltaba de localización, aquí, es una máquina que crea portales entre dimensiones. Ambas cosas con elementos fundamentales de la TARDIS y de Doctor Who.

De sobra es sabido que a mí la ciencia ficción me vuelve loco, pero todo tiene un límite. Si creas una distopía, véanse “Mr. Robot” o “El cuento de la criada”, no me puedes cambiar las reglas del juego a mitad de partida o ya cerca del final. Hay cosas coherentes dentro de la distopía, como, por ejemplo, la destrucción de todo símbolo americano previo a la Segunda Guerra Mundial o, las consecuencias que vive Smith a cuenta de que su hijo tuviese una discapacidad y decidiese entregarse voluntariamente. 

La serie me entretiene y me parece que está muy bien hecha, pero estos bandazos de los guionistas en busca de un santo grial que, cada vez parece que está más lejos, no hacen otra cosa más que defraudarme. Por supuesto, seguiré hasta el final y, espero que Juliana destroce a los nazis, pero ya no lo veré con los mismos ojos. 

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