Suits: Entretiene, pero no es The Good Wife.
Al principio, caí en el error de comparar la serie de Aaron Korsh con la de los King (Robert y Michelle), The Good Wife. Ambas se ambientan en el mundo del derecho una, en Nueva York y, la otra, en Chicago; sin embargo, ambas son muy diferentes. En la de los King, el derecho ocupa todo el eje central de los personajes y actúan de una forma u otra con dependencia del caso en cuestión, pero la de Korsh, el derecho en sí mismo, es una escusa para narrar una serie de relaciones de amistad, fidelidad y amor entre los personajes.
El argumento al principio, es algo rebuscado pero creíble; un joven Mike Ross (Patrick J. Adams), se hace pasar por licenciado en derecho en Harvard. Por supuesto, su “jefe”, Harvey Specter (Gabriel Match), sabe que es un farsante, pero decide arriesgarse y le contrata para que sea su asociado. De todo eso es consciente Donna Paulsen (Sarah Rafferty) y les ayuda a encubrirlo. Obviamente, todo se complica con la relación de Mike y Rachel Zane (Meghan Markle), ya que supone un secreto entre ambos y Mike se ve obligado a contárselo. Y es así cómo se van estableciendo los vínculos más fuertes del bufete. Mike, supone un punto de inflexión en todos ellos, por lo que todas sus tomas de decisiones se van viendo condicionadas de un modo u otro para intentar hacer siempre lo correcto.
Con el humor como pieza fundamental de la serie, los episodios van pasando gracias a un ritmo muy vertiginoso que, desciende un poco tras la marcha de Mike y Rachel a Seattle, pero que se recuperan a mitad de la octava temporada. El final, dispuesto a satisfacer a todos los espectadores, funciona bien y es lo suficientemente esperanzador para todos los personajes. El punto más débil, son las comparativas con la ya citada anteriormente The Good Wife y, el personaje de Jessica Pearson, ya que no termina nunca de ser transparente con lo que hace ni es capaz de conectar con los que estamos al otro lado de la pantalla.
No sé si alguien terminará recordando la serie como algo más allá de ser el lugar en el que salía Meghan Markle; por mi parte, aunque me he entretenido, no me he sentido vinculado a ninguno de los personajes, cosa que con The Good Wife sí me ha pasado y me sigue pasando en The Good Fight. Es entretenida, pero no es lo mismo.
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