Vuelve la lucha.


Ha vuelto Diane Lockhart. Ha vuelto The Good Fight. Han vuelto los King (Robert y Michelle). Ellos, Diane y los King, nunca se fueron. De la primera me acuerdo mucho, yo también quiero salir a lanzar hachas, pero ahora no puedo. De los segundos, también me acuerdo. He visto Evil (Syfy), la última serie que se les ha ocurrido. No es tan buena ni tan brillante como The Good Wife (Amazon Prime) y The Good Fight (Movistar y Amazon Prime), pero a mí me da igual. Me lo he pasado bien con ella. Va de demonios y posesiones. También hay juicios y retorcimientos constantes de las leyes. Diane, a su modo, también enfrenta a demonios, no del mismo tipo, pero demonios igualmente. 

En Evil, hay parte de reparto conocido, ya no sólo por ver constantemente ficción estadounidense, sino porque también los hemos visto como actores secundarios en The Good Wife y The Good Fight. El malo de Evil tiene relación con las otras dos ficciones, pero no del mismo modo. Él (Michael Emerson, el malo de Lost) está casado con la actriz que interpreta a Tascioni (Carrie Preston). La protagonista de Evil es Katja Herbers, quién interpreta a la doctora en psicología Kristen Bouchard. El coprotagonista es Mike Colter, David Acosta en esta serie y, Lemond Bishop en las otras. En esta hace de seminarista para cura, en la otra, de narcotraficante. Me chifla esa dualidad.

De otra persona de la que también me acuerdo muchas veces de la espectacular Rose Leslie (en la serie interpreta a Maia Rindell). Caramba, como para no hacerlo. En esta temporada dicen que no va a salir. Lloro. Era el personaje que más me gustaba. Diane también, pero es otro rollo. Sólo puedo quejarme de dos cosas con la serie; los dibujitos musicales y, la continua murga antiTrump. Es cierto que, Diane, siempre ha votado a los Demócratas y, que la serie arranca con la victoria electoral de Donald, pero no es necesario que entronquen todo a su alrededor. Trump me da igual. No puede ser un elemento narrativo más. Aquí, no sale Peter Florrick, tampoco lo hacen Alicia ni Ellie Gold; sí lo hace su hija, Marissa, otro de mis personajes favoritos. Esos son mis reproches a la serie. No hay más porque no puede haberlos. The Good Fight es brillante. 

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