Bienvenidos a Westworld. T1.

Bienvenidos al maravilloso parque de Westworld. Año 2016, esa era la premisa principal en el primer y tedioso capítulo de la serie. No tenía pinta de que iba a remontar la historia, ya que solo veías un bucle tras otro, sin embargo, la serie nos llevó a lo impredecible.

HBO puso en las manos de Jonathan Nolan y Lisa Joy el futuro de la mal llamada "sustituta de Juego de Tronos". Y creánme si les digo, que es la primera mejor temporada que he visto nunca en una serie; y eso que llevo vistas unas cuantas. Diez episodios, todos a excepción del último de 50 minutos; el último dura cerca de 90.

La trama gira en tres puntos clave: los anfitriones (robots del parque); los huéspedes (gente que se aloja dentro del complejo turístico); y por último, y no por ello menos importante, en la vida de los empleados del propio parque. Durante este viaje de experiencias, vamos en busca del "Laberinto"; nombre que por cierto, recibió esta primera temporada de la serie; para progresar en ese viaje contamos con la inestimable ayuda de "El hombre de negro" interpretado por Ed Harris; de Dolores, interpretada por Evan Rachel Wood; Maeve la dueña del salón "Mariposa" interpretada por Thandie Newton; Anthony Hopkins como Dr. Robert Ford; Bernard, el jefe de la División de programación, interpretado por Jeffrey Wright; y con Jimmi Simpson interpretando al novato Will.

Dolores (Evan Rachel Wood) y "El hombre de negro" (Ed Harris).

Con ese maravilloso elenco nos embarcamos en una travesía por el lejano Oeste, donde las ambiciones de todos y cada uno de los habitantes de ese mundo puede hacerse realidad; la de todos, excepto la de los anfitriones. Conocemos lugares inimaginados como Sweetwater; El Dorado; Pariah, La Nación Fantasma;...

Una joya, con una BSO sorprendente, con una trama que es un auténtico quebradero de cabeza, y que una vez superado el bache del primer y segundo episodio, te deja con ganas de más.