The Sinner T2.
The Sinner es el claro ejemplo del Efecto True Detective (serie de la que hablaré muy pronto). En la Temporada 1, acompañamos a Harry Ambrose intentando descubrir la verdad sobre el caso de Cora Tannetti; en esta, volvemos a unirnos a Ambrose para intentar averiguar qué es lo que realmente pasó en la habitación de un motel de carretera.
Ahí, en ese motel, se ha cometido lo que suponemos en un principio que es un parricidio, es decir, que Julian, el chico protagonista, ha matado a sus dos padres. De hecho, las pruebas llevan a eso desde un primer momento, sin embargo, después de que la policía local contactase con Harry, vemos que la historia que nos cuentan ha cambiado. Los fallecidos, no son los verdaderos padres de Julian, y sí lo es Vera (Carrie Coon).Vera es la líder de una secta donde la psicología y las terapias de choque son el más común de los tratamientos. Esto es lo que realmente hace que Ambrose vea ciertas posibilidades de que el chico, Julian, sea sino inocente, un culpable con muchos atenuantes a tener en cuenta.
Como es de suponer, la trama no es tan simple como parece a simple vista y esto es lo que lleva a los protagonistas a tomar decisiones arriesgadas. Unas decisiones, que se van acelarando de cara al final de temporada. Una temporada corta, de ocho episodios que sin duda, no te permiten aburrirte en ningún momento. Un caso algo más sencillo de los que se presentan en True Detective, sí, pero tienen su propio estilo y que es completamente absorbente. De hecho, la temporada me duró dos tardes. Tales eran las ganas de saber qué era lo que pasaba en el pasado de Ambrose y la relación con el caso actual, que me fue imposible extender más este increíble bocado de Cardenal.
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