La resistencia de Don Draper y Mad Men.

Que Mad Men es una de las mejores series de todos los tiempos no creo que nadie se atreva a discutirlo, y si lo hace, es porque no la ha visto entera. La primera temporada peca en todo lo que una serie no debe pecar, pero luego la cosa cambia. La serie no cambia, pero tú sí. 

Comprendes que no estás viviendo el siglo XXI y los 2000 (si lo cantase Sabina sería el año 3000), sino que estás en los años sesenta y que lo que ahora te parece retrógrado y repugnante, antes estaba a la orden del día. La serie no pretende ser ejemplarizante, ni falta que hace. Recuerdo el día en el que Netflix o el responsable de su cuenta de Twitter puso el grito en el cielo contra Mad Men por se machista. Lo es, no lo niego, pero también es un modelo a seguir por todas las mujeres. Unas mujeres que cada vez son más libres e independientes y consiguen montar sus propias agencias de publicidad y de introducirse en el círculo más íntimo de la producción de Hollywood. Sólo por ese motivo tendría que ser tomada en cuenta, igual que hay que tomar en cuenta a The Wire, de esa ya hablaré en otro momento. Lo mejor de Mad Men, además de Don Draper y de su familia, es que todo el mundo fuma, y que nadie les da la brasa por ello. Fumar es malo, sí, pero darnos el coñazo, también lo es. Cada uno sabrá qué es lo que hace. Ahora, los iluminados de Netflix ha comenzado una campaña contra el tabaco en el cine y las series y, si por ellos fuese, regrabarían Mad Men con bastoncillos de caramelo.

Harían lo mismo con Casablanca, el Halcón Maltés y, pedirían que en El Padrino no se matase a tanta gente. Porque sí, porque todo va encaminado a ello, a ser buenos y puros, pero intentando axfisiar a los que no quieren serlo. Por eso Mad Men y Don Draper resisten, por eso el "Rey de la montaña", puede ser uno de los mejores episodios de toda la serie, por eso, los hippies inspiraron a Draper y a Coca Cola para su anuncio. Unos hippies que ni a Di Caprio ni a Brad Pitt les habrían durado un asalto.