El cuento de la criada. T3: La criada debe morir.
La criada debe morir más pronto que tarde. Lo que en un principio resultó agobiante, duro y soprendente, ahora se ha convertido en poco más que un culebrón sin chispa. La trama se ha diluido como un azucarillo en el café, a los de azucar.org no les hará gracia el símil, pero es así.
Ya no abusan tanto de los primeros planos ni del absurdo color sepia (gracias a Dios), pero se han creído que están haciendo Perdidos o Twin Peaks. Y nada más lejos de la realidad, pese a que Perdidos careciese de sentido lógico, todavía seguías teniendo ganas de saber qué era lo que estaba por pasar, Twin Peaks nunca tuvo mucha coherencia, pero ya sabías qué era lo que ibas a ver; en cambio, aquí se nos prometió una revolución y un avance para la destrucción de Gilead que nunca termina de llegar.
Los personajes no paran de dar vueltas a lo mismo, en especial June, que cada vez aporta menos a la historia principal. Serena, por su parte, se ha visto relegada todavía más a un segundo plano, cosa que ha hecho que la desconexión con su personaje sea prácticamente total.
También han desaparecido casi por completo las aportaciones de Moira y Luke. Es cierto que nunca han sido protagonistas ni personajes principales, pero sí sumaban algo a la historia, ahora, no lo hacen. Han quedado como un relleno residual en algún que otro capítulo suelto.
En cuanto a la trama de la tercera temporada, renovada ya para una cuarta, nos muestra a June (anteriormente la he llamado Defred, pero con el cambio de Comandante y nombre va a ser un lío importante, por eso utilizo su nombre original y real), empezando de cero en una nueva casa. La casa en cuestión es la del Comandante Joseph (el nombre de June pasa a ser Dejoseph), el mismo hombre que ayudó a que su hija escapase a Canadá en la segunda temporada. En esta nueva casa, va conociendo los pliegues de la personalidad del Joseph, pero también deja de lado sus tareas como criada para liderar una supuesta revolución. Serena por fin ve la luz y decide traicionar a Fred, cosa que le beneficia en un intercambio de favores con Canadá. El problema está en que ha tardado demasiado en hacerlo, supongo que sin June no habría visto nunca la luz, pero ella siempre había sido más inteligente que él y no se había beneficiado de ello.
Así pasan los 13 episodios, algunos con más ritmo que otros, pero sin ir a ninguna parte. Tengo la duda sobre qué hubiese pasado sin June. Si de golpe y porrazo se la hubiesen ventilado en el segundo episodio de esta temporada, quizás nos habrían mostrado otra historia o la creación de Gilead, cosa de la que no sabemos prácticamente nada, o tal vez, habría llegado la revolución y la destrucción interna de Gilead. No sé cuánto tiempo más aguantaré con la serie, pero ya no sorprende en nada, ni siquiera con el coñazo que ha dado la gente durante estos años. Como he dicho al principio, la criada debe morir.
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