True Detective. T1
La primera temporada se cuenta mediante diferentes líneas temporales. Hay tres épocas claras, desde 1995 hasta 2002; y después en la actualidad, es decir, en 2012. Con estas líneas se va construyendo una temporada que va más allá del crimen y la investigación. En Luisiana hay un asesino en serie, y su cacería dura diecisiete años. La investigación corre por parte de Rust Cohle (Matthew McConaughey) y Martin Hart (Woddy Harrelson). Ambos son enviados a investigar el asesinato de una mujer.
La escena es muy particular. Todo está rodeado de objetos uy particulares relacionados con la brujería. El cuerpo se encuentra desnudo, atado de pies y manos y con los cuernos de un venado en su cabeza. Como es lógico, esto genera una alarma social muy particular en esa zona. Escudriñan el pasado de la víctima, donde descubren diferentes conexiones con la desaparición de una niña. Esto les lleva directamente a pensar que se trata de un asesino metódico y que actua de una forma serial. La historia se mezcla entre las rencillas personales de ambos protagonistas, de los cuales me sorprendió muy gratamente el de Cohle, ya que a Matthew no le veía capaz de interpretar algo así; y con la forma que tiene el asesino en serie de introducirse en la mente de ellos.
Los dos personajes principales son muy fuertes. Hart es un padre de familia, cristiano y conservador; pero que a su vez le es infliel a su mujer, ya que no puede reprimir sus impulsos sexuales. Cohle, por su parte, es solitario, raro, depresivo, totalmente nihilista, ateo y cree que la existencia humana es un desperdicio. Estas dos personalidades tan marcadas generan conflictos constantes, pero a su vez se refuerzan de un modo positivo.
Muy pocos episodios, con un plano secuencia totalmente memorable; y hace que esta temporada se coloque como un referente del género thriller, noir. Se nota que tanto personajes, como historia están muy trabajados.
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