Minicrítica: London Spy.
London Spy no es una serie de espionaje clásica, es más bien una versión más adolescente de una trama que entremezcla política y corrupción. Son pocos episodios, pero los enigmas se van sucediendo entre los capítulos; en ocasiones, cuesta hasta seguir el hilo de todos los hechos que van mostrando en pantalla.

La serie en conjunto no es mala, pero tampoco brillante. Entretiene, pero la falta de ritmo en ocasiones la hace algo tediosa, al igual que ver de una forma muy vaga la relación entre Danny y Alex con los factores políticos que intervienen en ella. Tampoco ayuda el desconocimiento que hay sobre el personaje de Alex. Es una serie para ver una tarde tranquila, con el cerebro en standby.
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